MISIÓN COMPARTIDA

El Instituto Calasancio nace en la Iglesia por la entrega del P. Faustino que, movido por el Espíritu Santo, siente la urgencia de dar respuesta a las necesidades de los hombres en un servicio incondicional de caridad. Su sensibilidad le hace captar la situación de abandono e ignorancia en que vive la mujer en la sociedad de su época. Y animado por el mismo Espíritu que movió a S. José de Calasanz, inicia su obra con un grupo de maestras que, llamadas por Dios, consagran su vida al servicio del Reino

El Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, continuando en la Iglesia el carisma del Fundador, está al servicio de los pequeños y los necesitados para evitar que la inocencia del corazón se pierda en las tinieblas de la ignorancia.

El Instituto tiene una historia, un camino que vamos haciendo juntos, religiosas y laicos, desde las orientaciones de la Iglesia y leyendo e interpretando los signos de los tiempos. Cada día aparece más claro el hecho de que laicos y religiosas nos sentimos en comunión, como Familia Calasancia, compartiendo una misma misión, desde la vocación a la que cada uno hemos sido llamados.

La misión es tarea de todos y el carisma un don que ha de ser compartido con los laicos. Se trata de vivir el carisma en las diversas formas de existencia cristiana.

Es por ello que un grupo de personas llamadas a compartir esta misión se reúnen para crecer en la fe y seguir dando respuesta al SUEÑO DE FAUSTINO desde la realidad que vamos viviendo.